¡Síguenos!Comenzaron los trabajos del Encuentro Internacional Educación, Ciencia y Religión mirando al futuro y XVI Encuentro Internacional de Centros de Cultura de la UPAEP y IX Congreso Latinoamericano en Ciencia y Religión.
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En su intervención el Mtro. Emilio José Baños Ardavín, subrayó la importancia que tiene la Teología en las universidades y las instituciones religiosas y de la sociedad misma.
Reiteró que la Teología, debe contribuir al bien común, tratando de responder junto con otras ciencias a las cuestiones y retos fundamentales del individuo y la sociedad, al individuo en el planteamiento universal, y a la sociedad en tanto se acerque la Teología a las realidades más ingentes para iluminar, enriquecer e incluso discriminar potenciales proyectos encaminados a atenderlas.
Señaló que en la UPAEP se tiene claro que los procesos formativos, los procesos de investigación y de vinculación con la sociedad no pueden ser ajenos a las realidades sociales.
Por su parte, Mons. Tomash Trafne, Director del Departamento de Ciencia y Fe del Consejo Pontificio de la Cultura, manifestó que la iglesia católica y la ciencia no están peleadas y pueden trabajar de manera conjunta para mejorar las condiciones de vida de las personas a partir de un diálogo permanente en el que se establezcan principios éticos. Quizá, puedan presentarse desacuerdos entre científicos y miembros de la iglesia, pero se puede trabajar de manera conjunta bajo una influencia ética en la ciencia. “La ciencia y la religión pueden trabajar de la mano sin problema”, dijo.
El encuentro es co-organizado por la Sociedad Internacional en Ciencia y Religión (ISSR), la Fundación Diálogo entre Ciencia y Religión (DeCyR, La Plata, Argentina) y el Centro de Estudios en Ciencia y Religión de la UPAEP (CECIR), así como acogida del Concejo Pontificio de la Cultura de la Santa Sede.
En el Encuentro se discutirá sobre el diálogo entre ciencia y religión en la perspectiva educativa como un modo de afrontar los crecientes desafíos que plantean la ciencia y la tecnología a la sociedad y la cultura. La ciencia y la religión en diálogo puedan prestar un importante servicio frente a los retos éticos y culturales que se plantean al futuro de la humanidad.