¡Síguenos!“En México cada 12 segundos ocurren ciberataques de diferente magnitud; desde que a alguien le quitaron su cuenta de correo o un banco fue hackeado, hasta que alguna tarjeta de crédito fue duplicada”, señaló el Mtro. Fernando Thompson de la Rosa, director general de Tecnologías de la Información de la Universidad de las Américas Puebla, durante una plática ofrecida a miembros de la ISACA Capitulo México (Asociación de Auditoría y Control en Sistemas de Información).
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Lamentablemente México sufre una infinidad de crímenes electrónicos todos los días, pues resulta más redituable a un criminal el robar en línea que hacerlo físicamente. Primero porque no se expone a riesgos físicos; segundo, los datos de una persona cuestan entre $600 y $800 en el mercado negro; y tercero, puede cometer fraudes utilizando el nombre de otra persona, por ejemplo, al intervenir una cuenta de correo electrónico, el cibercriminal tiene acceso a los contactos del usuario y puede pretender ser éste, para pedir dinero, argumentando estar en un problema grave y con la condición de regresarlo lo más pronto posible. “Quizá no todos los contactos caerán, pero puede ser que algunos sí lo hagan, y con que uno o dos buenos samaritanos depositen en una cuenta, el criminal ya ganó”, comentó el Mtro. Thompson de la Rosa.
Que sea un problema muy grande en el país está ligado a tres factores: uno es adquirir software pirata, pues al descargarlo a una computadora, lo más factible es que baje un malware, que recopile información o que la encripte. En este último caso, el cibercriminal pedirá una especie de rescate para poder liberar la información, de otra forma será imposible poder acceder a ella.
Otro factor es no tener un antivirus legal y el último es la ignorancia de la gran mayoría de personas al elegir sus claves de acceso; pues utilizan contraseñas típicas como 12345678, 1111, la palabra clave o password, las cuales son utilizadas para diversas cuentas de redes sociales, correos e inclusive NIP del cajero automático. “No podemos ser tan ingenuos pensando que nunca nos va a pasar algo y todos, al final de cuentas, somos apetecibles para el cibercrimen”, comentó el directivo de la UDLAP.