¡Síguenos!Hoy, a seis años de los devastadores movimientos telúricos que sacudieron México en septiembre de 2017, las secuelas continúan siendo visibles en todo el país.
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Estos trágicos eventos, ocurridos los días 7 y 19 de septiembre, dejaron un profundo impacto en la nación mexicana, tanto en términos de vidas humanas como en la infraestructura.
En cifras conmovedoras, el saldo de estos sismos incluyó la lamentable pérdida de 45 vidas humanas y daños materiales que afectaron a mil 700 viviendas, dos mil 238 escuelas, 621 inmuebles históricos y 99 instalaciones de salud. A medida que conmemoramos este sexto aniversario, es crucial recordar que muchas de las cicatrices de aquellos trágicos días aún no han sanado por completo.
En el ámbito de la reconstrucción de viviendas, en su mayoría, los propietarios tomaron la iniciativa de reparar sus hogares. Sin embargo, las huellas de los sismos aún son evidentes en muchos inmuebles históricos, escuelas y viviendas.
En el caso de las escuelas, el gobierno de Puebla ha anunciado que los trabajos de reconstrucción ya han concluido, brindando un rayo de esperanza para la comunidad educativa afectada.
En lo que respecta a los inmuebles históricos, se informa que en siete de cada diez casos, los procesos de restauración se han completado con éxito. Las estimaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sugieren que el resto de los proyectos estarán finalizados durante el presente año. De los 621 inmuebles históricos afectados, sorprendentemente, el 97 por ciento, es decir, 608, son edificaciones religiosas. En el último año, 204 de estas construcciones han estado en proceso de atención, mostrando el arduo trabajo continuo para restaurar la herencia cultural y arquitectónica de México.
A medida que recordamos estos tristes eventos y miramos hacia el futuro, es evidente que la resiliencia y la determinación de la comunidad mexicana siguen siendo impresionantes.
Aunque las cicatrices de los sismos de 2017 siguen siendo visibles, también son un recordatorio constante del espíritu inquebrantable de México y su capacidad para reconstruir, restaurar y avanzar hacia un futuro más fuerte.