¡Síguenos!La guerra comercial despierta una preocupación creciente. La postura inflexible de Estados Unidos para gravar las importaciones chinas eclipsó la agenda de la reunión de ministros de finanzas y líderes de bancos centrales del G-20 en Buenos Aires. Al igual que el FMI, los representantes de las máximas economías mundiales advirtieron sobre "el aumento de las tensiones comerciales y geopolíticas" y el riesgo que representan para el crecimiento global. En el documento final, los países subrayaron la importancia de que el sistema financiero permanezca "abierto, resilente y apoyando al crecimiento" y pidieron reforzar el diálogo.
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El G-20 advierte del riesgo para el crecimiento por la tensión comercial y llama al diálogo La guerra comercial marca la agenda de los ministros de Finanzas del G-20 reunidos en Buenos Aires
El escenario del comercio mundial empeoró desde la última reunión de ministros de Finanzas realizada en Buenos Aires, en marzo. Las advertencias de EEUU hacia China y la UE son ahora una realidad desde que el Gobierno de Donald Trump impuso a principios de mes un arancel del 25% a productos chinos por 34.000 millones de dólares, a los que podría sumar otros 16.000 millones. Está en estudio además un impuesto de 10% a bienes valorados por 200.000 millones.
La tensión comercial se vio reflejada esta vez en el documento final. "El crecimiento ha sido menos sincronizado recientemente y los riesgos de mediano y corto plazo han aumentado", señaló el texto consensuado entre todos los países. "Estos incluyen las crecientes vulnerabilidades financieras, el aumento de las tensiones comerciales y geopolíticas, los desbalances globales, la desigualdad y el crecimiento estructuralmente débil, particularmente en algunas economías avanzadas", detalló.
El ministro argentino de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, consideró "un éxito" la reunión. Dujovne admitió la existencia de diferencias entre los integrantes del G-20 pero valoró la búsqueda de consensos dentro del G-20, un foro nacido para hacer frente a la crisis económica mundial. "En los malos tiempos es cuando se ve lo importante que es", subrayó Dujovne.
El Gobierno argentino blindó el Centro de Exposiciones y Convenciones para la reunión del G20. Las calles aledañas fueron cortadas, se cerró el metro y cientos de policías custodiaban el lugar por el temor a violentas protestas contra el encuentro. Pero las protestas fueron menores a las previstas. Centenares de personas de partidos de izquierda, organizaciones sociales y sindicales se manifestaron el sábado contra el G-20 y el FMI pero no lograron acercarse hasta el CEC por el operativo de seguridad. Los manifestantes criticaron el plan de ajuste diseñado por el Gobierno de Mauricio Macri para cumplir con la reducción de déficit pactada con el FMI a cambio del préstamo de 50.000 millones de dólares.
Trump asistirá a la cumbre del G-20 Al término del encuentro, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, reiteró la intención de que "China avance hacia un comercio más balanceado" que reduzca el actual déficit comercial de 505.000 millones de dólares, según sus cálculos. Mnuchin confirmó la presencia de Trump en la cumbre de líderes del G-20 que se celebrará en Buenos Aires a fines de noviembre.
Los ministros del G-20 se expresaron en contra del proteccionismo. "El sistema financiero debe permanecer abierto, resiliente y apoyando al crecimiento", subrayaron en el texto. Destacaron también la importancia de realizar reformas estructurales para mejorar la expansión potencial y evitar devaluaciones competitivas que podrían tener efectos adversos sobre la estabilidad financiera global.
El desencuentro entre Estados Unidos y la Unión Europea ha sido evidente en Buenos Aires. El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, advirtió en rueda de prensa del "riesgo de una escalada mayor del proteccionismo". "Las guerras comerciales no son buenas para nadie, no crean ganadores, solo daños", señaló Moscovici. "Hacemos un llamado a la razón a EE UU, a respetar las reglas multilaterales y a respetar a sus aliados", dijo el ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire. "Estadounidenses y europeos son aliados. No podemos entender por qué nosotros, europeos, nos vemos afectados por el aumento de aranceles comerciales decidido por EE UU", agregó.
La ministra española de Economía, Nadia Calviño, también expresó su oposición a aquellos que presentan "el comercio exterior como una amenaza o intentan volver a actitudes proteccionistas". En un encuentro con medios europeos, Calviño remarcó el rol beneficioso que jugó el comercio exterior en la salida de España de su última crisis económica.
El costo de la guerra comercial no es aún cuantificable, pero el FMI ya advirtió que las consecuencias se verán a mediano plazo. La titular del Fondo, Christine Lagarde, reiteró en Buenos Aires que "en el peor escenario, las medidas [comerciales] actuales pueden tener un impacto de alrededor de 0,5 puntos [negativos] del PIB global" en 2020. Lagarde aclaró que el FMI toma en cuenta el impacto de las "medidas anunciadas y en proceso", pero que no "especula sobre lo que puede venir".
Argentina, país anfitrión del G20, propuso una agenda que discuta políticas públicas en torno a los cambios tecnológicos que afectan al empleo y una apuesta por más inversiones globales en infraestructura, además de una regulación efectiva ante el fenómeno de las criptomonedas. Pero la guerra comercial ha puesto en segundo plano todo lo demás.