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Si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador no tuvo el tiempo suficiente para consolidar todos los ofrecimientos que hizo al inicio de su sexenio en 2018, sembró el triunfo de su Movimiento de Regeneración Nacional, porque ha logrado, con sus programas sociales, la mejora económica nacional; el combate persistente a la corrupción e impunidad tan arraigada en el sistema político mexicano; concluyendo su trabajo con una aprobación histórica del 78%, cifra que tiene vueltos locos a sus detractores y a la oposición partidista del PRIAN que todavía no se levanta del golpazo electoral del 2 de junio reciente.
Su último informe deja huella, a pesar de los periodistas impolutos convertidos en millonarios que acostumbran a presumir su crítica férrea y mordaz al poder en turno, pero que lo elogian en secreto para conseguir prebendas.
A esto hay que agregar el cambio de régimen que emprendió López Obrador, que tiene que ver con modificaciones profundas en la forma de hacer política, más de allá de un simple relevo sexenal, porque ocupará Claudia Sheinbaum la silla de palacio con el control de Morena en el Congreso de la Unión con mayoría calificada y también con el congreso de la Ciudad de México a su favor.
Hoy, también, ya puede legalmente el morenismo analizar la reforma judicial y realizar los cambios constitucionales que requiere para imponer una nueva forma de gobernar.
La llamada revolución de las conciencias, traducida en la cuarta transformación, se está haciendo sin guerra, sin derramar sangre en batallas civiles como sucedió en la independencia de México, la reforma de Juárez y la revolución mexicana.
Por eso, en 2018, arrancaba López Obrador en los primeros lugares de popularidad entre los líderes del mundo, empatado con el primer ministro de la India, Narendra Demodarnas Modi.
De nada ha valido llamarlo dictador, comunista, populachero, porque solamente ha acrecentado su aceptación entre la voluntad del pueblo.
La reconocida compañía internacional de inteligencia de datos, Morning Consult, lo apuntó contundente al inicio de su mandato y, actualmente, la organización opositora “mexicanos contra la corrupción”, acepta que se va con el 78% de aprobación, algo nunca visto en la historia moderna de México.
Las cifras las convalidan Consulta Mitofsky de Roy Campos, al igual que las encuestas de El Financiero, De las Heras, Reforma, The Washington Post y Enkoll.
A pesar de no haber cumplido con todas sus promesas, como derrotar a la violencia y la inseguridad que también compete a los gobiernos de los estados, su aceptación en la sociedad se basa en cuatro puntos primordiales: La mejora económica y los exitosos programas sociales que combaten la pobreza y desigualdad; el notable aumento al salario mínimo que también cumple con las expectativas generadas; el ingreso laboral que superó la inflación y los cambios sociales que beneficiaron directamente a los trabajadores.
POSDATA: La oposición reducida al PAN y PRI, está en la lona y, ahora, hasta sus legisladores se van a Morena cuando apenas han ocupado sus curules.
POSDATA 2: Ya es presidente de la Mesa Directiva del Senado el polémico, pero muy capaz en el debate y conocimientos, Gerardo Fernández Noroña, con 127 votos y 1 en contra. ¡Usted dirá!
POSDATA 3: El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta, reconoce la capacidad política de Andrés Manuel López Obrador. Es un gran estratega, hombre capaz que ocupará un lugar privilegiado en la historia de la nación, ha dicho el poblano que aportó más de 2 millones de votos al triunfo presidencial de Claudia Sheinbaum, la primera mujer que ocupará la presidencia de México y consolidará la cuarta transformación.
