De acuerdo con la declaración del presidente municipal, Miguel Ángel Castillo Pérez, son cuatro reptiles de este tipo que fueron detectados en la última semana, lo que representa un gran riesgo para quienes acuden a bañarse o a lavar ropa en dichas aguas, ya que de acuerdo con los lugareños, estos tienen un tamaño de casi dos metros de largo, lo cual ha generado psicosis entre la población.

El munícipe señaló que esta situación es de gran preocupación, tanto para las personas como para los mismos animales, ya que algunos lugareños han comenzado a organizarse para cazarlos, motivo por el cual el Ayuntamiento ya dio parte a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y a la dirección de Protección Civil estatal.

Al respecto, Castillo Pérez dijo que llegaría un equipo de biólogos enviados por la Secretaria General de Gobierno (SGG), a fin de llevar a cabo una investigación para confirmar la permanencia de estos reptiles en la zona, así como para determinar su origen o el modo en que estos han logrado reproducirse en el río.

Aunque hasta el momento han sido detectados cuatro cocodrilos, el edil adelantó que la cifra podría aumentar, toda vez que pudieron haber llegado a la zona ante “las crecidas” que se generan durante la temporada de lluvias y que probablemente han comenzado a reproducirse, debido a que son de varios tamaños.

El alcalde señaló que desde el momento en que se conoció la noticia, el Ayuntamiento emprendió acciones como colocar anuncios y alertas sobre la presencia de estos animales, pero sobre todo la prohibición para matarlos, al ser considerados una especie en peligro de extinción.