Una victoria. Es el resultado que necesita México en su último compromiso previo a las semifinales de la Copa Confederaciones para pasar por delante de Portugal, con la que empata a cuatro puntos, y dar un giro inesperado a las apuestas deportivas de bet365 que situaban a los lusos como los grandes favoritos para comandar del Grupo A. La tricolor saltará al verde este sábado con el hándicap de medirse al país anfitrión, Rusia, que está en condiciones matemáticas de hacerse con una de las dos primeras plazas al contrario de los que ocurre con Nueva Zelanda, rival de Portugal.

Con el público entero del Kazán Arena en contra, tocará abstraerse del aspecto ambiental y centrarse en el balón. Y en ese punto concreto México es superior a Rusia. Los hechos hablan por sí solos. El combinado mexicano, a diferencia del europeo, sigue invicto en la competición y figura al frente del Grupo A por méritos propios, después de empatar en la primera jornada con Portugal (2-2) y superar a Australia por un ajustado 2-1 en la siguiente. De ambos choques se puede extraer una lectura positiva porque México creyó en sus posibilidades ante los portugueses, cuando el marcador decía todo lo contrario, y porque dominó a Australia en varias del segundo choque.

Alemania, posible rival

Juntando lo bueno de uno y otro, sale a relucir la verdadera selección de México de Juan Carlos Osario, una que enamora pese a que las rotaciones del DT no terminan de convencer a todos. Los cálculos son claros para México. Ganando y logrando un gol más que Portugal, pasará primera. Al contrario de lo que dicta la norma, el liderato puede acarrear más problemas que beneficios. Tal y como marcha el otro grupo, el B, podría suponer enfrentarse a la todopoderosa Alemania. Hablar de Alemania es hacerlo de la cuatro veces campeona del mundo, una selección que siempre se crece en las eliminatorias directas.

Lo cierto es que los alemanes han renunciado a sus principales estrellas para este torneo y, sin jugadores como Thomas Müller, Manuel Neuer o Mesut Özil, la vigente campeona del mundo impone menos que de costumbre. México debe jugar sin pensar en los posibles enfrentamientos y centrar todos sus sentidos en Rusia, que saldrá con un extra de motivación en su condición de país anfitrión. Si se cumple con el primer objetivo, el de pasar, ya habrá tiempo de analizar al futuro adversario y de pensar en cotas mayores, el trofeo. Dice el palmarés que México es en esta Confederaciones el único participante que se ha pronunciado en el palmarés. Lo hizo en 1999. En aquella edición se alzó con la corona con una histórica victoria por 4-2 sobre Brasil, que domina el cuadro de honor con cuatro trofeos.