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La vacunación, el registro de menos mutaciones y continuar con los cuidados hasta ahora aplicados -uso de cubrebocas, lavado constante de manos y distancia social-, consideró la Rectora Lilia Cedillo Ramírez, quien para ello convocó a “no bajar la guardia”, ya que el virus “no tiene palabra de honor”.
En esta cuarta ola en México, con Ómicron, destacó que si bien esta variante es menos letal que la Delta, su riesgo está en su capacidad de contagio, de seis a ocho veces más que las anteriores, lo cual puede elevar el número de enfermos y saturar los hospitales.
“Al principio de la pandemia veíamos que el virus tenía la capacidad de infectar a una persona, esta podía contagiar a dos o tres y estos podían enfermar gravemente; esto ocurría en la primera y segunda olas. El virus ha ido cambiando a lo largo del tiempo, ha ido mutando, y ahora cada persona infectada puede infectar a 16, pero para fortuna nuestra estas 16 van a tener mínimas consecuencias graves que al principio, o que las ocasionadas por Delta que aún puede causar daños severos”, explicó.
El escenario optimista, continuó, es que al ocurrir un alto número de enfermos, más el avance de la vacunación, pueda darse la tan ansiada inmunidad de grupo o de rebaño. “Esto es lo que queremos de corazón, pero el virus puede seguir mutando y esas mutaciones pueden ser para bien nuestro; es decir, que estas sean cada vez un virus poco infectivo o letal, pero no debemos confiarnos: el virus no tiene palabra de honor, las mutaciones son al azar”.
Al principio de la pandemia, refirió, teníamos una llave (proteína F) que le costaba trabajo entrar en la cerradura (receptor), ahora Ómicron equivale a una llave que entra a la primera, rapidito, lo cual lo hace más transmisible. Por otra parte, todas las vacunas hasta ahora aprobadas y aplicadas en el mundo fueron dirigidas a la proteína F, “si este virus, Ómicron, entra a la primera es más difícil que los anticuerpos reconozcan a esa parte de la llave y compitan con la cerradura”, expuso al tiempo de exhortar a la población a completar su esquema de vacunación y aplicarse el refuerzo, ya que la inmunidad sólo dura seis meses, después somos más vulnerables.
“Ómicron es menos sensible a los anticuerpos que se generan con las vacunas, aunque es menos letal, ya que sólo se aloja en el tracto respiratorio alto”, indicó. Sin embargo, en esta temporada, también de influenza, cuyo virus puede afectar tanto el tracto respiratorio alto, como el bajo, están las condiciones para que esta combinación cause más daño.
Así, la Rectora de la BUAP hizo un llamado a seguir cuidándonos, lo cual es la parte más importante del actual escenario, proteger a los niños que pueden también enfermar, de tener sospechas de contagio acudir a la prueba, la PCR que es la más certera, y de ser positivo aislarse durante 14 días y repetir la prueba.