¡Síguenos!Los empleos en los sectores eléctrico y extractivo pagan los mayores salarios en el país, multiplicando hasta 2.5 veces el salario base de cotización promedio, de acuerdo con datos del IMSS de 2018.
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Al cierre del año pasado, las plazas laborales en el sector de electricidad pagaban en promedio 909.88 pesos diarios y en el sector extractivo, que incluye al energético, 590 pesos por día, mientras que el promedio nacional fue de 354.35 pesos diarios.
Baja California, Baja California Sur, Hidalgo, Ciudad de México, Guerrero y Chihuahua, tienen los mayores salarios del sector eléctrico, con ingresos de 1,396 pesos a 1,011.79 pesos diarios.
En el sector extractivo destacan los salarios pagados en Campeche, Tabasco, BCS, CDMX, Guerrero, Tamaulipas, Chihuahua, Durango y Zacatecas, en el rango de 622.82 pesos a mil 160.69 pesos diarios.
Guillermina Rodríguez, coordinadora de estudios económicos de Citibanamex, explicó que los trabajadores de los sectores eléctrico y extractivo (minería y energía) son altamente especializados y la mayoría de ellos labora bajo un régimen de seguridad social y con salarios más altos que el promedio.
“Hay un tema de especialización muy claro en estos sectores y muchos de ellos que estarían trabajando en CFE y en Pemex, se han caracterizado por tener un nivel de especialización muy alto”, dijo.
No obstante, la población ocupada en estos dos sectores es menor que en los de comercio, servicios e incluso manufactura en el país, que reportan salarios más bajos, de 300.88, 342.94 pesos y 374.43 pesos en promedio, en cada caso.
El sector eléctrico formal nacional emplea a 145 mil 917 personas y el extractivo a 127 mil 936 ocupados, apenas el 1.4 por ciento del total de trabajadores adscritos al IMSS, que suman 20 millones.
Oscar Orta, gerente comercial regional de Manpower, dijo que en la industrias petrolera, de gas y de electricidad, hay puestos muy bien pagados.
A raíz de la reforma energética, dijo, México está por entrar en terrenos donde antes no tenía presencia, como la exploración y explotación de pozos en aguas profundas, procesos para los que el país no cuenta con el capital humano suficiente.
Por ello, consideró que debe existir una sinergia entre la IP, el gobierno y las instituciones educativas, para desarrollar los talentos y capacidades que la nueva industria energética requiere.