El 11 de octubre de 1990, el Instituto Federal Electoral (IFE) -actualmente Instituto Nacional Electoral (INE)- se constituyó formalmente como el organismo imparcial que, a lo largo de 33 años ha dotado de certeza, transparencia y legalidad los procesos electorales que se realizan en México.

El Instituto Federal Electoral nació como resultado del diálogo entre los diversos actores políticos de finales de los años ochenta y tras un complejo proceso de interacción con el Gobierno Federal evolucionó, hasta lo que hoy conocemos como el organismo rector del Sistema Nacional Electoral, pilar en la construcción de la democracia mexicana. 

Al dar inicio a la sesión de la Junta General Ejecutiva, la Consejera Presidenta del INE, Guadalupe Taddei Zavala, mencionó que “éste es un día para celebrar a la nación y a nuestro país”.

Reconoció y felicitó a quienes con su trabajo han construido y formado parte de la historia de la institución electoral. “33 años de gente que inició y ya no está, otras que iniciamos y todavía estamos, y otras que en el camino se han ido sumando, pero todas con un alto nivel de responsabilidad y profesionalismo”.

El objetivo fundacional del IFE fue crear una institución autónoma e imparcial que diera certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales.

Las diferentes reformas políticas del Sistema Electoral Mexicano han marcado un proceso de transición en la vida nacional, que ha dado respuestas a la complejidad política del país, así como importantes antecedentes al surgimiento del INE y del Sistema Nacional Electoral, con los cambios legales y constitucionales de 2014.

En más de tres décadas de existencia, ocho reformas legales y constitucionales han modificado la integración, atributos y funciones del IFE-INE.

Estos cambios han permitido perfeccionar la organización y celebración de los comicios libres, equitativos y confiables, así como garantizar a la ciudadanía el ejercicio de sus derechos político-electorales.

La ciudadanización de elecciones, como uno de los objetivos centrales del INE ha fortalecido la equidad, autonomía y confianza de electoras y electores, además de asegurar la imparcialidad y profesionalismo de todas y todos los funcionarios que participan en la organización de elecciones y que forman parte del Servicio Profesional Electoral.