¡Síguenos!La llegada a Bolivia de empresas chinas, como contratistas del Gobierno para construir carreteras y plantas, tuvo otro efecto además de los económicos o laborales: aumentó los riesgos que acechan al jaguar, especie acosada desde siempre por la caza furtiva. En el último tiempo ya no se producen incautaciones de colmillos de jaguar en el servicio de correo, como ocurría antes, por lo que se supone que los traficantes han establecido otras formas de contrabando, entre ellas los viajes a casa de los trabajadores de las empresas chinas que trabajan en Bolivia.
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Los bolivianos entran al monte, cazan a los jaguares y les sacan los colmillos, piel y garras; entregan el producto a acopiadores de nacionalidad china para su envío hasta el país asiático. Allí se engarzan en delicadas piezas de plata, donde son vendidos en 2.000 o más dólares, 10 veces más que en Bolivia.
En las últimas semanas se han requisado 185 colmillos, lo que quiere decir que solo en esa operación fueron muertos 46 jaguares bolivianos (cuatro colmillos por animal sacrificado). La Policía intervino un comercio de pollos ubicado en Santa Cruz y se incautó de los colmillos, además de cornamentas de venados y pieles. Fueron detenidos los ciudadanos de origen chino Li Ming y su pareja, Yin Lan, actualmente de nacionalidad boliviana.
En 2014 fueron decomisados otros 380 colmillos (95 jaguares) cuando el ciudadano chino Jian Fang Xiao fue hallado en posesión de siete colmillos de jaguar y posteriormente su compatriota Yan Yixing fue atrapado en posesión de 300 más, junto con pieles, cuernos de venado y dos cabezas felinas disecadas. Ese año, otros 73 colmillos fueron detectados en otros operativos, siempre relacionados al comercio con China.
“Lamentablemente por dinero van a cazar a nuestros animales. Son los bolivianos que entran al monte, los que están cazando, los que están acopiando hasta un 90%, los que salen en la radio son bolivianos.
Tras años de negociaciones, presión internacional y una cierta conciencia ambiental en China, el Gobierno de ese país finalmente declaró ilegal el tráfico de marfil (que incluye colmillos de felinos) a partir del 31 de diciembre de 2017. Pero el comercio ilegal en ese país persiste y es de enormes dimensiones.
Autoridades bolivianas informan que los colmillos de jaguar se ofrecen en el mercado negro chino como afrodisíacos, amuletos y objetos rituales para combatir enfermedades. También se tallan y fabrican piezas que son expuestas al comprador a un costo mucho más elevado que el de Bolivia.
Cada colmillo, que cuesta 200 dólares en Bolivia, termina costando 2.000 en China. En nuestro país solo se venden los colmillos como tales, pero una vez que llegan a las ciudades chinas, serán engarzados en bellas y delicadas piezas de plata, o unidos a piedras semipreciosas, o convertidos en pendientes.
En los países asiáticos el marfil (incluidos colmillos de felinos) es considerado un artículo de lujo; dentro de esas sociedades es un símbolo de prestigio y éxito, además de ser un popular regalo. Las búsquedas en internet de “colmillos de felinos” en China, dan resultados de hermosas piezas. Es triste pensar que algunas de ellas pueden haber sido de animales sacrificados en Bolivia.