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Su nombre original, comenzó a cantar desde muy pequeña. Irónicamente la trayectoria de la también conocida como Lola la Grande comienza aparentemente alejada de su gran don, pues sus primeros pasos profesionales fueron como secretaria de la emisora de radio más influyente de su época.
Su carrera despegó cuando fue descubierta por el compositor Manuel Palacios, quien quedó impresionado por su potente voz y carisma escénico. A partir de entonces, Lola comenzó a presentarse en diferentes programas de radio y televisión, consolidándose como una de las principales intérpretes de música ranchera y mariachi en México.
“Ella logró trabajar en la XEW en los años 50, se convirtió en la secretaria del director artístico de la emisora y ahí empezó muy hábilmente a foguearse y a estar en contacto con productores, cantantes, artistas, directores y tiempo después despuntó como cantante, fue difícil”, recordó María Elena Leal Beltrán, hija de la cantante.
De ese complicado inicio, la cantante se convirtió con el paso del tiempo en la representante de México ante el mundo al cantar en los recintos internacionales más importantes y por llevar la música folclórica a famosos personajes como la reina Isabel II del Reino Unido, el expresidente de Francia Charles de Gaulle, o John F. Kennedy de Estados Unidos. “Desde presidentes, reyes, hasta emperadores”, contó María Elena, quien recuerda con cariño el viaje a Japón que vivió con su madre.
Además, Beltrán fue la primera mujer latina en cantar en el teatro Olympia de París, donde personalidades como Sophia Loren irrumpieron el escenario para felicitarla.
También fue la primera cantante de música folclórica que pisó el escenario del Palacio de Bellas Artes de México, lugar que hasta 1976 solo admitió conciertos de música clásica.
A lo largo de su carrera, Lola Beltrán grabó más de treinta álbumes y participó en numerosas películas, donde demostró su versatilidad artística. Su interpretación de temas como “Cucurrucucú Paloma” y “Paloma Negra” la catapultaron a la fama internacional, convirtiéndola en una de las voces más reconocidas de México.
Además de su talento vocal, Lola se destacó por su carisma y presencia escénica, cautivando a audiencias de todas las edades. Su estilo único y su pasión por la música regional mexicana la convirtieron en un ícono cultural y en una de las artistas más queridas de su país.
Lola Beltrán falleció el 24 de marzo de 1996, dejando un legado importante en la música mexicana. A lo largo de su carrera, recibió numerosos reconocimientos, incluyendo premios como el Ariel de Oro y el Heraldo de México.
Lola grabó más de 70 discos en donde inmortalizó con potente voz temas como “Cucurrucucú paloma”. También fue estrella de por lo menos 60 películas y conductora de los programas “Noches tapatías” y “El estudio de Lola Beltrán”.