El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, concluyó una histórica visita a Siria, donde denunció las violaciones sistemáticas a los derechos humanos perpetradas durante más de cinco décadas. Desde la antigua prisión de Saydnaya, reconocida como uno de los principales centros de torturas y ejecuciones del régimen de Bashar al Assad, Türk destacó que el alcance de estos crímenes es "difícil de imaginar".

En un comunicado, Türk enfatizó la importancia de la justicia transicional como un paso indispensable para garantizar que los responsables de crímenes de lesa humanidad rindan cuentas. Subrayó que abordar las desapariciones forzadas, las torturas, el uso de armas químicas y otras atrocidades es fundamental para sanar a una nación marcada por el conflicto.

“La venganza y la revancha nunca son la respuesta. Lo esencial es aprender de estos errores y evitar que se repitan. Lo que ha ocurrido en Siria debe ser una lección no solo para los sirios, sino para el mundo entero”, afirmó Türk.

La visita incluyó reuniones con autoridades, víctimas y representantes de la sociedad civil. En su intervención, el alto comisionado destacó que investigar a fondo los crímenes cometidos por todos los actores en el conflicto es crucial para el futuro del país.

Con una guerra civil que ha dejado cientos de miles de muertos y millones de desplazados, Türk reiteró que no puede haber paz duradera sin justicia, haciendo un llamado a la comunidad internacional para apoyar los procesos de rendición de cuentas y reconciliación en Siria.

Los recientes hallazgos en Saydnaya, descritos como un epicentro de sufrimiento humano, refuerzan la urgencia de actuar frente a un legado de abusos que, según Türk, "no puede quedar impune".

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