¡Síguenos!Todo esto sin considerar gastos de vivienda, educación, salud, vestido, calzado y transporte. El aumento constante de precios y la pérdida del poder adquisitivo (más de 78% entre 1982 y 2015) deteriora el consumo y la calidad de los alimentos que pueden comprar familias mexicanas, indica un reporte del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
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De enero de 2013 a abril de 2015, el minisalario registró una pérdida acumulada de 7.45%. En el periodo, la remuneración mínima aumentó de 64.76 a 70.10 pesos diarios, 5.34 pesos más en un bienio.
En contraste, aseguró, el precio de la CAR pasó de 171.86 a 201.01 pesos, un incremento de 29.15 pesos, establecen en el trabajo los economistas encabezados por David Lozano Tovar, coordinador del CAM.
El reporte detalla que en 1987 un trabajador requería cuatro horas de su jornada laboral para comprar la Canasta Alimenticia Recomendable. Hoy tiene que destinar 23 horas para adquirirla.
La merma se refleja en la pauperización del consumo, pues en 1982, con una percepción mínima se podían obtener 18 litros de leche, 51 kilogramos de tortilla, 280 piezas de pan u ocho kilogramos de huevo.
Actualmente alcanza para cuatro litros de leche, seis kilogramos de tortillas, 38 piezas de pan o dos kilogramos de huevo. En 33 años, la caída es de 78.71%.
Los especialistas de la UNAM indicaron que para afrontar esta situación, los trabajadores buscan un empleo extra y/o incorporan a más integrantes de la familia al mercado laboral.
Ante este escenario es aún más desalentador observar que la tasa de desempleo en México supera el 14%, concluye el estudio.